Tomando como criterio básico la intención, diremos que usamos el texto argumentativo para opinar, defender o persuadir mediante argumentos relacionados con algún tema.
En este sentido, podemos decir que los argumentos son razonamientos que se emplean para probar o demostrar una idea, un concepto, una doctrina o un pensamiento, o bien para convencer a alguien de aquello que se afirma o se niega.
Por otra parte, los textos que utilizan la modalidad argumentativa son muy utilizados en la vida cotidiana. Así, por ejemplo, los podemos encontrar en los medios de comunicación (anuncios publicitarios, artículos de opinión, debates radiofónicos o televisivos, etc.); en la vida pública (mítines políticos o discursos parlamentarios, recursos o instancias administrativas…) o en la vida privada, en forma de conversaciones o debates con nuestros familiares y amigos.
Por lo tanto, los textos con modalidad argumentativa se diferencian de otros en que lo que intentan es persuadir o convencer. Es decir, la persona que argumenta pretende convencer con razones a otra persona sobre su punto de vista.
Los textos argumentativos se constituyen mediante los siguientes elementos: tesis (idea principal que apoya el autor, esto es, la perspectiva que adopta con respecto a un tema en cuestión: ej. abolición de la tauromaquia) y argumentos (razones o ideas con las que intenta apoyar su perspectiva u opinión).
Finalmente, los textos argumentativos suelen presentar una estructura constituida por tres partes: introducción, desarrollo y conclusión.
En la primera, la introducción, se presenta el tema sobre el que se va a tratar y se plantea la tesis, es decir, aquello que se pretende defender o de aquello de lo que se quiere convencer.
En la segunda, el desarrollo, se justifica o defiende la tesis mediante una serie de razones de diversa naturaleza a las que llamamos argumentos. Cuanto mayor sea el número y la calidad de estos mejor justificada estará ésta.
En la tercera, la conclusión, se suele volver a la tesis inicial, recordando lo fundamental de esta.
En relación con esta estructura general, también llamada circular, podemos advertir la existencia de dos variantes que reciben el nombre de inductiva y deductiva.
En el primer caso, la inductiva, el texto se iniciará sin la introducción, partiendo directamente del desarrollo de los argumentos, y terminara con la conclusión, es decir, con la exposición de la tesis.
En el segundo caso, la deductiva, el texto se iniciará con la introducción, donde se presentará el tema y la tesis sobre el mismo, y acabará con el desarrollo de los argumentos.
Tipos de argumentos:
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