jueves, 21 de mayo de 2020

El texto argumentativo. Teoría

Tomando como criterio básico la intención, diremos que usamos el texto argumentativo para opinar, defender o persuadir mediante argumentos relacionados con algún tema
En este sentido, podemos decir que los argumentos son razonamientos que se emplean para probar o demostrar una idea, un concepto, una doctrina o un pensamiento, o bien para convencer a alguien de aquello que se afirma o se niega.

Por otra parte, los textos que utilizan la modalidad argumentativa son muy utilizados en la vida cotidiana. Así, por ejemplo, los podemos encontrar en los medios de comunicación (anuncios publicitarios, artículos de opinión, debates radiofónicos o televisivos, etc.); en la vida pública (mítines políticos o discursos parlamentarios, recursos o instancias administrativas…) o en la vida privada, en forma de conversaciones o debates con nuestros familiares y amigos.
Por lo tanto, los textos con modalidad argumentativa se diferencian de otros en que lo que intentan es persuadir o convencer. Es decir, la persona que argumenta pretende convencer con razones a otra persona sobre su punto de vista.

Los textos argumentativos se constituyen mediante los siguientes elementos: tesis (idea principal que apoya el autor, esto es, la perspectiva que adopta con respecto a un tema en cuestión: ej. abolición de la tauromaquia) y argumentos (razones o ideas con las que intenta apoyar su perspectiva u opinión).

Finalmente, los textos argumentativos suelen presentar una estructura constituida por tres partes: introduccióndesarrollo y conclusión.

En la primera, la introducción, se presenta el tema sobre el que se va a tratar y se plantea la tesis, es decir, aquello que se pretende defender o de aquello de lo que se quiere convencer.
En la segunda, el desarrollo, se justifica o defiende la tesis mediante una serie de razones de diversa naturaleza a las que llamamos argumentos. Cuanto mayor sea el número y la calidad de estos mejor justificada estará ésta.
En la tercera, la conclusión, se suele volver a la tesis inicial, recordando lo fundamental de esta.

En relación con esta estructura general, también llamada circular, podemos advertir la existencia de dos variantes que reciben el nombre de inductiva y deductiva.

En el primer caso, la inductiva, el texto se iniciará sin la introducción, partiendo directamente del desarrollo de los argumentos, y terminara con la conclusión, es decir, con la exposición de la tesis

En el segundo caso, la deductiva, el texto se iniciará con la introducción, donde se presentará el tema y la tesis sobre el mismo, y acabará con el desarrollo de los argumentos.

Tipos de argumentos: 

  • Moral: Las creencias éticas socialmente aceptadas ayudan a justificar una opinión: Con una mínima aportación, los países desarrollados podrían acabar con la pobreza en el tercer mundo.
  • Progreso: La novedad y lo original, claves del progreso, son valorados fren­te a la tradición: Es necesario informatizar las cooperativas agrí­colas, puesto que contribuye al mejor desarrollo de las comarcas andaluzas.
  • Salud: Se valora lo saludable frente a lo nocivo o perjudicial: Merienda mandarinas en lugar de tanta bollería industrial.
  • Semejanza: Se defiende algo en razón de ser muy parecido a otro elemento que nos convence: Es necesario racionalizar el uso del agua para evitar el agotamiento de los acuíferos, como ya sucedió en zonas de la Costa del Sol.
  • Tradición: Es el argumento opuesto al de progreso. En ocasiones, resulta útil mencionar el peso de la tradición para confirmar nuestras ideas: El prensado en frío de la aceituna sigue siendo el mejor método para obtener un buen aceite.
  • Utilidad  Se valora lo útil y necesario frente a lo inútil o peligroso: Esta cone­xión a   Internet es un poco más cara, pero merece la pena, porque podrás navegar más rápidamente.
  • Experiencia personal Lo visto y vivido personalmente puede valer como argumento. Conviene no abusar de este argumento, sobre todo si no dispone­mos de pruebas: No te compres el ordenador en esa tienda, que yo tuve muchos problemas con el servicio de posventa.
  • Criterio sapiencial: Los refranes, sentencias, proverbios, frases hechas,… pueden servir para apoyar nuestras ideas. Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar.
  • Autoridad: se cita a un experto para apoyar la opinión: Como afirmó Descar­tes, pienso luego existo.
  • Calidad: algo es bueno por su calidad. Se suele oponer a lo abundante: La excelencia de este vino viene avalada por la esmerada selección de la uva y del proceso artesanal seguido.
  • Cantidad: es el argumento opuesto al anterior. En este caso, se valora lo que la mayoría piensa o hace: El 80% de los que toman golosi­nas padece caries, por lo que no es aconsejable su consumo con­tinuado.
  • Estético: Una idea u objeto puede resultar convincente por su belleza: Te sientan mejor los tonos claros por el color de tu piel.
  • Hechos probados: Este argumento se apoya en hechos demostrables o evidentes: Es un hecho demostrado que el río Guadaira está contaminado.
  • Justicia: Lo justo debe prevalecer sobre lo injusto: Es justo y conveniente que, a igualdad de puestos de trabajo, hombres y mujeres perci­ban el mismo sueldo.

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